El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, acaba de anunciar que la supresión del impuesto de patrimonio. Esto no es más que otro paso en la cruel competencia entre CCAA en España, en materia de impuestos. Y su compañera de partido, desde Madrid, felicita a los beneficiados de la medida por entrar en el paraiso.

¿Quién va al paraíso?

Pero, ¿a quién va dirigido este mensaje? ¿a todos los habitantes de Andalucía? La medida va dirigida a las auténticas clases medias y altas. A la población para la que este tipo de partidos hace política. Va dirigida al 0,2% de los andaluces. Porque a todos los demás, no les afectaba este impuesto al patrimonio.

El impuesto sobre el patrimonio lo pagan quienes tienen una riqueza superior a los 700.000 euros, en muebles e inmuebles. Se incluyen en el cálculo las viviendas, fincas rústicas, locales, acciones, joyas, depósitos, obras de arte, etc. Desde 2012 se había dejado exenta en el cálculo la vivienda habitual, hasta los 300.000 euros. Desde aquí os invitamos a hacer el cálculo y pensar si vosotros o vuestro círculo más cercano estaba afectado por semejante impuesto.

También harán una deflactación del IRPF, convirtiéndose así en la segunda comunidad del país en la que se pagan menos impuestos, detrás de Madrid. Mientras tanto, mientras que los principales responsables anuncian medidas para competir por una recaudación más baja, esta misma mañana se compartía otra noticia sobre el estado de las clases menos favorecidas en Andalucía: La pandemia deja a barrios pobres de Andalucía con tasas de tuberculosis como las de África

Otros actores políticos, como el ministro Escrivá, hablan de centralizar los impuestos. Y algún partido, como Podemos, va más allá, y le pide al gobierno una ley para evitar el dumping fiscal.

 

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